“Lo único constante es el cambio.” Heráclito.
La luna representa la parte ying, el principio femenino, el mundo emocional, el inconsciente, nuestras necesidades de protección, amor y cuidado.
Aunque la Luna es cambiante en apariencia, sin embargo, mantiene su ciclo regular que comienza con la luna nueva, a continuación, siguen el cuarto creciente, la luna llena y el cuarto menguante para volver nuevamente a la luna nueva. De lo que nos habla la luna entonces es de lo cíclico que hay en la vida, las estaciones, las etapas en
las que vivimos, el tiempo de sembrar y de cosechar, rige las mareas. En definitiva, la luna nos cuenta la sabiduría de la tierra.
La Luna Nueva representa el comienzo, el inicio del ciclo de alrededor de 28 días y por ello se crea un buen momento para sembrar nuestras intenciones. Una forma de hacer esto es llevar a cabo una pequeña meditación, comenzando por tomar unas cuantas respiraciones profundas, encendiendo una vela que simbolice la luz que nos enfoca y nos guía en la consecución de nuestros propósitos. Observar la luz de la vela mientras realizamos unas respiraciones profundas nos ayudará a conectar aún más con nuestro interior y plasmar nuestros deseos, proyectos y necesidades.
Durante la Luna Llena, podemos revisar cómo se ha ido manifestando lo que sembramos en la Luna Nueva y a las personas que les gustan los cristales saben que también es el momento ideal para cargarlos.
El arquetipo de la Luna en nuestra carta natal nos proporciona información y consciencia cuando sabemos en qué signo y en qué casa la tenemos. Contactar con nuestra luna es conocer esa parte de nosotras mismas que no está muy presente y que sin lugar a duda aportará una nueva luz a nuestra vida.