Quirón: el sanador herido

 

Quirón fue descubierto el uno de noviembre de 1977 por Charles Thomas Kowal, se encuentra entre las órbitas de Saturno y Urano. No cumple los requisitos de la astronomía para considerarlo planeta. Las características que posee como asteroide y cometa han hecho que pase a la categoría de “Centauro” junto a otros miles de cuerpos celestes.

En la mitología, el centauro es mitad humano mitad caballo. Es hijo de Cronos y Fílira, ninfa hija de Océano. Fílira le pidió a Zeus que la convirtiera en yegua para huir del acoso de Cronos, sin embargo, este se convirtió en caballo para conseguir su objetivo. Cuando en el parto Fílira vio el ser que había traído al mundo lo abandonó, siendo el abandono su primera herida profunda.

 Vivió mucho tiempo en el monte Pelión. Gracias a la educación que a él le impartió Apolo se convirtió en un gran Maestro, dominaba las artes y las ciencias y llegó a ser un gran médico. Fue el preceptor de muchos héroes, entre ellos Aquiles y Asclepio.

Hércules, su amigo, de forma accidental le hirió con una flecha envenenada en su lucha con la hidra. Hubiese sido una herida mortal, pero como Quirón tenía el don de la inmortalidad tuvo que vivir, a partir de ese momento, con un gran dolor y sufrimiento y, aunque buscó remedios que le aliviasen, no consiguió que ninguno le hiciera efecto.

Así, Quirón en su simbolismo, está conectado al sufrimiento, en primer lugar por haber sufrido el abandono de su madre y después la herida incurable que no deja de doler. Este sufrimiento profundo le hace entender el dolor del cuerpo y del alma.

Se le conoce como el Sanador herido porque desde su aceptación del sufrimiento ayudaba a los demás en su proceso de sanación física y emocional a desarrollar la propia capacidad de autosanación. Representa cómo nos sanamos a nosotros mismos cuando ayudamos a sanar a otros.

“Puede que el sufrimiento injusto tenga un significado, siempre que permitamos que nos transforme desde dentro”.

Liz Green